viernes, agosto 12, 2005

Rosas

Creo que antes de irte besé tus labios. Sí, los besé tiernamente. Tú preguntaste si creía en el destino. Por primera vez lo hacías. Al parecer contesté afirmativo, pues tu alegría sobrepasó las fronteras y en ese minuto supe que te amaba más que mi vida.

Tnato tiempo traté de que fijaras tus ojos en auqella muchacha frágil, que no era más que un palo flaco con ojos azules. Estaba siempre en la plaza esperando que pasaras todos los días. Hasta ese viernes que tropezamos y, después de las disculpas, me invitaste un café.

Allí me regalaste una flor que aún conservo en algún libro de esos que nunca leo.

Seguimos paso a paso una linda amistad. Cine, conciertos, llantos, borracheras, entre tanat cosa que ocurría en nuestro camino. Estuviste a mi lado cunado me encontraba "waste" por cupla del cabrón que me cambio por esa perra. Si no me equivoco allí, ese viernes, me volví consumista mayoritaria de tus besos y caricias.

Lo mejor es que seguímao como siempre. Lo único nuevo eran los revolcones con gusto dulce y los besos a vista y de cualquiera. Nada anormal, nada amoral.

Pero de pronto salió tu viaje. Que tus papás, el trabajo, y que se yo un montón de excusas tontas. Te las creí todas y cada una, mientras decías que no era nada, quqe estarías de vuelta pronto, que nada pasaba. Te prometo llegar con una sorpresa muy grata. Allí me preguntaste si creía en el destino.

Yo te llamó, dijiste. Esperé junto al teléfono tanto que parecía ser un ornamento más de la casa. Pasaban los días y revisaba el celular, el correo, todo. Me ofuscaba si se me agotaba la batería o estaba sin señal. Pensaba que me llamarías a la casa cuando no estaba. no podía estar atenta a nada.

Corrían las semanas y la preocupación se convirtió en desesperanza y luego odio.

Con eso, un día de lluvia llegué de casaulidad al mismo café que me invitaste. Cogí un diario antiguo, mientras esperaba el cortado. se demoraban tanto qeu le recorrí entero, incluso los clasificados. Uno de ellos llamó mi atención:

"Con cariño te envío mil flores, sé que te gustan. No sé como explicarlo, tenía problemas, ya no te veré más. Disculpa por no decirlo a la cara es que no la tengo para decirte qeu los sueños no eran lo que esperabas. Un beso a la distancia, hablamos algún día y nos reiremos de esto... Nos vemos en el cielo cuando me quieras visitar".

2 comentarios:

ED dijo...

me gustó tu blog... ideas precisas y escuetas..
Saludos.

Benjactor dijo...

que maldad la del mino, que maldad.....bueno, de repente todos somos malos no?