Lluvia

Cae y cae por fuera. El viento pasa muy rápido y el frío aumenta en cada minuto.

¿Cuántas veces he puesto el hervidor ya? ¿5, 6, 7... no lo sé...?

Sigue cada vez más frío y la televisión muestra tanto desastre. La apago y me acariciolentamente parta entrar en calor. La mantita que tengo encima mío no es suficiente. Necesito algo más. Te necesito a ti.

Entre el café, té y chocolate no me abrigo. Esta frazada de tantos año no me sirve. Quiero soñar con tantas cosas, pero sólo aparece tu figura que me meira a lo lejos. Una estela de perfume que lleva tu nombre impregnado y que necesito esté conmigo.

Miro por la ventana. La avenida ya es un gran torrente intransitable. Agradezco que llueva, por lo menos así no se notan mis lágrimas.

Escucho otra vez el noticiero. Hablan de la comuna donde vives... Quiero llamar. No. Sonaría muy desesperado y el recato es una de mis virtudes (por lo menos ahora).

Enciendo al radio, siempre con mi mantita a cuestas. Tocan nuetra canción. Depués siguen éxitos de los '80. Te recuerdo demasiado. Sé que no pasa nada entre nosotros. Rememoro esas charlas infantiles en el café y esas conversas un poco lujuriosas camino a la Alameda. Que días de sol aquellos.

No sé cuando sucede, pero estás conmigo. Me tocas, te toco. Siento el perfume que te di. Aunque no me gusta, ahora me enloquece. Sube mi temperatura. Agradezco por eso. El frío ya no es problema.

Me despierto. Ya no estás... "El frío ya no es problema -me repito- el problema es mi obsesión por ti"