lunes, mayo 19, 2008
Gula
miércoles, mayo 14, 2008
Lujuria
Deja de leer y roza el lápiz, de un lado a otro. Lo contiene con fuerza y comenza a a formar tranquilamente las palabras que ella desea desde hace unos momentos. Las lee, las devuelve, su boca crea figuras románticas y lascivas, se desnuda cada vez más en esos trazos infinitos. Toma un descanso. Respira profundo antes de volver a arremeter y esa respiración es cada vez más fuerte.
A medida que avanza, se va acelerando su cuerpo, los soplidos son incontrolables y esa excitación reinante por lo que esta allí frente suyo y en sus manos no sabe de parámetros. Se mueve tan rápido de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo, que resulta difícil segirle con la vista. Cansa su vaivén alocado. Su cara enrojecida muestra ese gustito de hacer algo malo, algo prohibido, pero que da buen sabor de boca.
Al acabar por fin, se sonríe un poco, lo abraza con fuerza y lo huele nuevamente. El mismo olor del primer hombre al que amó. Salen un par de lágrimas emocionadas, que resbalan por la piel de ambos. En la de ella se desvance una y en el cuero queda pegada hasta la eternidad.
lunes, mayo 12, 2008
Ira
Como verte de lejos, si yo te quiero cerquita mío. Cómo no entiendes lo que siento por ti. Cómo no ser iracundo, si la pasión hierve dentro de mí. Cómo quieres que no me enoje si estoy explotando en mi interior.
Cómo quieres que no me exalte, que no sulfure con cada cosa que haces si todo tu ser ebulle dentro de mí. Me excitas, me encantas. Me colmas. Tú eres mi todo, esa que está allí para mí. Mía toda mía, de ningún otro.
Y sí, sé que gritas cuando te acaricio, pero es que te quiero tanto que se me pase la mano y la fuerza no la controlo, pero has de saber que así me sientes más y yo te siento más. A veces mancho tu piel, pero es mancha es porque te amo y quiero que sepan que eres mía y que reconozcan que te amo. Siempre te lo he dicho. Te amo más que a nadie. Te lo repito mil veces después de que te acaricio con fuerza y te pregunto quien era ese hombre. Te lo digo a solas y callado, sin nadie. Te lo repito cuando mi amor es grande y te amo carnalmente con toda mi energía; allí grito que te amo y grito por placer y por que eres y soy. Y después de amarte, cuando ya no somos uno, lloras sin decirmen nada
Y Sé que lloras porque también me amas.
domingo, mayo 11, 2008
Soberbia
No puedo agunatar que me odies solo un poquito. Creo que valgo mucho más que eso, o no. Valgo el odio eterno, la ira máxima, que te pongas furibundo con escuchar un ápice de algo que se me parezca, de algo que te traiga ese recuerdo sórdido e infame de cuando estuve con otros, porque hubo varios y tú solo conociste a uno.
Me odiarás porque eso es justo, porque lo pienso yo. Tú no piensas por ti mismo. Si me odias es que yo quiero que así sea, porque no tienes control de tus emociones y yo hago que me odies. Y, como te lo dije antes, el odio tiene que ser de esos viscerales, que te carcomen por dentro, que te obsesionan te maltratan y te enloquecen.
No quiero que hables... Escucha... Nada. Eso, nada. No tenemos nada. Por eso me merezco tu odio y el odio de los buenos. Llora de rabia, te concedo eso, porque eser débil. Llora. Y ahora ándate y no se te olvide armar un altar de odio en contra mía. Soy tan mala que Hitler me temía y soy tan maldita para cambiar tu paracer con un chasquido, para que dejes de odiarme, pero no necesito amor. Odio, quiero odio. El amor siempre acaba, el rencor queda como herida. Y yo, ser olvidada ¿cómo se te ocurre? Jamás dejaré que pase al olvido, jamás.