
Se me perdió, y casi no le encuentro. Fueron los dos días más desastrozos de mi vida. No sabía la hora, números de celular o casa, no tenía idea del día... Es horribl etener una extensión tuya en un aparato. Incluso estuve llamando a mi casa para saber quienes me estaban buscando, si era muy urgente y cosas por el estilo.
Odio andar sin celular. Mi vida depende un poco de ese aparato chico que llena a cada rato las satisfacciones de un hola o un "donde estás??" Es que se ha vuelto parte de mi oreja, de mi brazo y mi mochila con tanto tezón, que me apena no verle, ni escuchar sus diferentes sonidos (porque tengo a la gente agrupada para saber quien llama).
Viví 48 horas sin el aparato y, de verdad, lo recordaba siempre, como si fuese ayer el día en que lo adquirí. En el siglo pasado, cuando en 1998 me lo entregaron... Después sólo cambié el equipo, pero el número seguía siendo el mismoel mismo 9632... Me di cuenta lo codependiente que soy de un aparato... que al llegar a mi casa lo primero que hice fue preguntar por él, dónde lo habían dejado y si seguían llamando.
El resulatdo fue un pequeño reto poruqe no pregunté por nadie. A lo que se sumaron llamadas perdidas, 4 mensajes de texto, la contestación por parte de mi hermana de 6 ó 7 llamadas más... entre otro largo detallar...