lunes, enero 23, 2006

De pantalones...


Noche fría, demasiada para ser verano. En la calle transita mucha gente, pero eso no es impedimento para ellos.

El pantalón gris mira al de jean. Cree disimular su atracción, el de jean mira al rayado "que lindo trasero", piensa. Entre tanto, el pantalón gris espera a uno negro que le facilitará una noche de pasión. Otros pasan y los miran feo. Pantalones rascas, comprados en alguna liquidación (de esos que hay por miles en las tiendas).

La espera es muy grande. De repente llega el negro. Cuero trabajado desde años. Duro y firme "¿Tú me llamste?", pregunta con esa voz proporcionada por el negro y brillante atuendo. Gris de tela, deseo asiente. Lo mira (como si comprara a un fina sangre) y dice "El precio no es problema, siempre que demuestre que es un semental."

Jean, que le está enchulado, trata de llamar la atención del alternativo rayado. Entran a la disco.

El rayado llora. Vio a su prometido, ese uomo, con otro (lo peor es que era un buzo térmico con quien le engañaba).

Jean enchulado quiere consolarlo. Así podráenredarse un rato con sus piernas. Posiblemente pueda ver que hay debajo de esas rayas y disfrutarlo por un momento.

El negro baila. La gente lo mira. El viejo gris se siente importante, pero cree que es momento de irse. Además paga por hora y quiere placer.

Va al baño. Allí están entrelazados (y entre quejidos) tela a rayas con jean enchualdo. la excitación corroe a gris. Sus cansa se llenan de sudor. No puede concentrar sus ideas. Ve de reojo como son bajados lentamente y comienza a aparecer un poco de piel.

Negro de cuero se preocupa. Puede que no le page. Lo va a buscar.

Gris está en otro mundo. Aquellos pantalones juveniles lo enloquecen. Su mayor deseo es ver que se traen. Transita un vouyerismo fuerte.

Se va en todos los sentidos. Un estruendo llega muy fuerte a los oídos de Negro. Piensa mal. Sus sueños de mañana no estarán. No tendrá el dinero que creía. Ya se van esos DolceGabban que pensabe en sus manos.

El jean no está, el viejo gris no se ve. Se nota que ambos lavaron sus manos. Entra engro al baño. Tendido está a rayas. Sangre y semen en su boca. La tela rasgada con manchas rosadas por amalgama trsite de fluidos.

la cara de niño pequeño está en Shock. Todo es negro todo es negro. Grita por ayuda.

La gente llega. Ven a ese cuero negro sin la parte de arriba. Él trató de ayudar, no hubo caso. La culpa es de él. Nadie más sabe nada.

Ahora s eolvidará de su Dolce&Gabbana de por vida. Se perderán los Greenergy, los Le Male y otras tantas cosas. Las rayas ya no están.

Una sábana cubre cada parte de ese pantalón alternativo. El negro de cuero no sabe nada. El gris ríe. El jean piensa en la próxima víctima. Está pensando en un CK, pero sabe que ay un gris que puede estar disponible para inculpar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, que buena historia...desde la perspectiva de "los Pantalones", verdaderos iconos de la masculinidad....espero sigas escribiendo historias como esta, esop, Saludos
Jorge

Voikot dijo...

Wow que buena, jamás se me habría ocurrido contar una historia desde la perspectiva "ropa" con todas sus características intrínsecas, muy bien, me gustó mucho.