Disfruto de cada momento y cada paso que doy, pero no me siento pleno... las cosas no llenan mi particularidad avasallada por tantos fenómenos incoherentes del destino. Al parecer cada vez son más cosas las que me molestan y quiero cambiar.
Extraño, de cierta forma, es el reunir el cúmulo de sentimientos para trabajr inmacuoladamente en un nuevo proyecto, una nueva entrada al ser naturalista y verídico que pretendo ser.
Muchas risas concentradas en el camino, piedras tienen que moverse, sortear la mayor cantidad de dificultades para llegar a ser uno más del montón no es mi sugernecia, pero tampoco quiero ser reconocido. Me aterra que se introduzcan en mi ser sin invitación. Es como si me violaran mentalmete.
No tengo mucho ánimo de ser en este punto de mi vida. Me encantaría romper lazos con la realidad y transformar un camino de impotencias en omnipotencia absoluta. Desde el ser más infimo a lo más grande bajo mi manto todopoderoso de vida.
Misericordia es lo que extraño en este barrial de mi existir. No encuentro a nadie tan puro que pueda consolar al mundo entero y poder responder tanta pregunta estúpida que se me viene a la cabeza.
Es por eso, es por hoy y es por mí... nadie podrá intervenir en el hecho más desastroso que he atravesado y que es el enamorarme de un par, que no me tira ni me da más que problemas sin solución y registros osculares sin calor ni paz.
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