sábado, septiembre 30, 2006

Cómo en la cama


Primero serios. Buscando alguna razón por la cual conversar. Tratando que nuestros cuerpos no demuestren el nerviosismo que nos envuelve.

El mantel se levanta de a poco, hace las olas y cubre y descubre mis piernas. Cubre y descubre tus manos. Esa seda tersa que nos roza la piel después de unos tragos y una pequeña charla.

No queremos movernos ni dejar la atmósfera, opacada a veces por el ruido de algún auomóvil. No habalmso de nuestra vida, es demasiado ego. Nos remitimos a explorar viejas andanzas por algúna parte. No importa nadie ahora. Estamos solos y nso cubre la blancura de esa tela y el olor a madera de esas cuatro patas.

Relajo el cuello, mojas tus labios. Cierro los ojos. Esperas. Me buscas, lo presumo y siento la cercanía de tu piel. Son sólo segundos antes de bajar la vista por la vergüenza. Te arrepientes y vas al baño. Te sigo calladamente.

En la blancura helada nos besamos, el agua corre. Ahora reímos cómplices y acricias mi cara.
Miro la tuya, tu expresión dice mucho. Ya sé lo que tengo realizar.

Me acomodo un poco y camino por el pasillo. Llego a otra puerta, me acomomodo en ella y digo, sumisamente, "ya sé que tu mujer puede llegar, otro día nos veremos".

5 comentarios:

Mauricio Miranda dijo...

al principio algo extraño y de habitaciones comunes, pero al llegar al final... uffff

esa descripcion de los detalles y senasciones, me transportaban a un final mas apasionado y lujurioso. Genial escrito.

mauro!

Mister Duncan dijo...

Oooooooooh que heavyyy, el final me ma-tó.
saludos,.

Anónimo dijo...

Buen texto sorprendente final, esop, saludos.
Jorge

pi. dijo...

bueno... bueno!!!!!

uffff

gracias por el post!

saludos


pi.

pi. dijo...

PS: humildemente puedo decir... que soy seco en Inglés! jajaja

espero seguir leyendote